En Edify, creemos que la forma en que vemos el mundo da forma a la forma en que lo servimos. Una cosmovisión bíblica, basada en la verdad de la creación, la caída y la redención, restaura nuestra visión. Esto nos ayuda a reconocer el orden, la bondad y el propósito de Dios en cada estudiante y comunidad. Al integrar esta perspectiva en la educación centrada en Cristo, nuestro objetivo es romper los ciclos de pobreza tanto física como espiritual, equipando a los estudiantes para que se conviertan en agentes de esperanza y cambio. La siguiente reflexión sobre la cosmovisión bíblica fue escrita por nuestro difunto amigo y colega, Luis Sena, cuya sabiduría y legado continúan inspirando nuestra misión.
Luis Sena (izquierda) con Denis Sabino, director de país de República Dominicana (derecha)
Cómo vemos el mundo
Todo ser humano interpreta la realidad con un conjunto de lentes mentales, lo que nos permite ver ciertas cosas y ocultar otras de nuestro radar de atención. Estas lentes mentales no solo filtran lo que vemos, sino que también influyen en cómo vemos. Por lo tanto, lo que percibimos e interpretamos del mundo que nos rodea está distorsionado por la presencia del mal en el mundo mismo y dentro de nuestros corazones (Proverbios 4:23).
Las lentes mentales que usamos para ver la vida, con sus tintes culturales, son lo que los antropólogos, filósofos y teólogos llaman cosmovisión. Todos nosotros, solo por la condición de ser humanos, nos comportamos motivados por una cosmovisión particular. Puede suceder que ignoremos los contornos de nuestra propia cosmovisión y el hecho de que nuestra cosmovisión podría contener suposiciones contrarias a nuestras creencias y valores profesados. En ese caso, caminamos en la vida con una cosmovisión fragmentada (Efesios 4:17-19).
La creación de Dios
Dios creó el universo por Su Palabra y, usando Su sabiduría como modelo, le dio orden, bondad y belleza. La creación tiene una estructura incorporada proporcionada por el mismo Dios. La creación es un mensaje de Dios a los humanos con el propósito de revelarse a sí mismo y motivar una respuesta de adoración y servicio de nosotros hacia Él. La creación es como un libro para ser leído, cada página está llena de las perfecciones del carácter de Dios (Romanos 1:20). Pero, hemos perdido la capacidad de ver a Dios a través de la obra de Sus manos. Nuestra percepción de la realidad creacional es limitada; esta percepción limitada dificulta nuestra comprensión y distorsiona nuestra responsabilidad de ser agradecidos y adorar al Creador (Romanos 1:18-19).
Para ayudarnos a recuperar la capacidad de leer la realidad de la vida con claridad y propiedad, Dios nos ha proporcionado Su revelación escrita en las páginas de la Biblia. Funciona como un conjunto de lentes correctivas, construyendo en nuestros corazones y mentes un marco conceptual que nos permite percibir “la vida tal como es en realidad,” no como ha sido distorsionada por nuestra formación cultural histórica. Cada cultura opera con un motor de suposiciones, una mezcla de mentiras y verdad, que distorsionan todo lo que percibimos: Dios, los humanos, la naturaleza y las relaciones entre ellos. Estas distorsiones afectan nuestra propia identidad y propósito en la vida y limitan nuestra capacidad de amar a Dios y amar a nuestro prójimo.
Cómo podemos responder
La cosmovisión bíblica es la comprensión de la realidad a través de los conceptos bíblicos de creación, caída y redención. Nos permite leer el libro de la creación con transparencia y descubrir en él el orden y la belleza que son tesoros de sabiduría escondidos en la creación como una capacidad potencial. Potencial que Dios escondió con el propósito de que lo encontremos, disfrutemos y respondamos en agradecimiento, adoración y servicio a Aquel que lo merece por las perfecciones de Su ser (Juan 8:31-32).
Escrito por: Luis Sena (6 de julio de 1956 – 22 de marzo de 2022)
Ex vicepresidente de misión de Edify True
Vivir una cosmovisión bíblica y enseñar a otros a hacer lo mismo fue el componente más importante de la misión personal de Luis. A lo largo de sus cuarenta y dos años de enseñanza y trabajo de desarrollo comunitario, Luis impactó innumerables vidas. Su ausencia en la tierra se siente profundamente. Estamos agradecidos de que el dolor de Luis causado por el cáncer haya terminado y de que Luis, siendo alguien que amaba a Jesús y la sabiduría, esté experimentando ambos plenamente en el cielo.