Inicios humildes
La escuela Oleander abrió sus puertas en enero de 2015 con solo seis niños de la aldea local. El camino de Juliana para crear Oleander no fue fácil. Comenzó con recursos financieros limitados, trabajando como maestra de escuela primaria y consejera, donde vio de primera mano el trauma que muchos niños sufrían.
Ella comparte: “Mi decisión de abrir una escuela fue impulsada por una profunda pasión por tener un impacto positivo en mi comunidad, particularmente para las familias de bajos ingresos… Como cristiana, soñaba con nutrir a una generación arraigada en los valores cristianos, donde cada niño pueda encontrar esperanza para un futuro brillante y crecer para convertirse en ciudadanos compasivos y responsables.”
Sin embargo, sus experiencias continuaron dando forma a su visión de la escuela a medida que crecía: crear un entorno educativo enriquecedor que abordara tanto las necesidades académicas como el crecimiento emocional y espiritual de cada niño.
Vio que muchos niños, especialmente aquellos de familias de bajos ingresos, necesitaban un espacio donde pudieran sentirse seguros, amados y apoyados, y rezó para poder proporcionar ese espacio. En 2017, la escuela Oleander se asoció con Edify, obteniendo acceso a recursos vitales que apoyan su misión. A través del apoyo de Edify, la escuela obtuvo un préstamo para pasar de un espacio alquilado a su propio edificio. Este cambio fue monumental, proporcionando estabilidad a la escuela y un espacio duradero donde pudieran servir mejor a la comunidad.
La asociación clave
La asociación también presentó a Oleander varios programas de capacitación impactantes. Con la ayuda de las capacitaciones de Edify sobre Integración Bíblica y EdTech, la escuela amplió su capacidad para ofrecer una educación holística de alta calidad. Los estudiantes aprendieron materias básicas mientras desarrollaban una base en valores bíblicos que llevaron a sus hogares y comunidades, respondiendo a la oración de Juliana. La escuela ha seguido creciendo y mejorando, incluyendo la adición de recursos EdTech como codificación y robótica que ayudan a los estudiantes a desarrollar habilidades prácticas para el mundo moderno. Mientras tanto, la capacitación en QuickBooks ha fortalecido su gestión financiera, ayudando a Oleander a operar de manera sostenible. A medida que la escuela florece en asociación con Edify, Juliana encuentra espacio para soñar, expandiendo su visión para agregar aulas, una biblioteca y un comedor para servir mejor a sus estudiantes y personal.
Un impacto duradero
Hoy, Oleander atiende a más de 528 estudiantes. Juliana sueña con cosas aún mayores para su nación, sabiendo que cada uno de sus 528 estudiantes representa una nueva esperanza para el futuro de Ruanda. Ella comparte su corazón: “Esperamos que nuestros estudiantes desarrollen un aprendizaje activo o práctico, que tengan una educación de calidad con carácter cristiano, que la escuela desarrolle al niño como un ser humano único y una persona total, que cada niño desarrolle talentos y potenciales capaces de transformar no solo para su propio interés, sino también para toda la comunidad.”
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