«“Sal fuera, pide vasijas prestadas… Y vierte el aceite en todas estas vasijas.” Ella siguió vertiendo hasta que cada jarra estuvo llena.» (2 Reyes 4:3–6, NVI)
El milagro de Eliseo resuena bajo el modelo de préstamo reciclado de Edify. Comienza con un solo préstamo a través de la red de socios prestamistas de Edify: una pequeña jarra de aceite colocada en las manos del propietario de una escuela. Con él, se levanta un aula, se arregla un techo y aparecen los pupitres. La administración fiel convierte ese modesto suministro en más que suficiente.
De nación en nación, las escuelas crecen, los estudiantes llenan las nuevas aulas, los padres toman nota. Cuando se devuelve el préstamo, el capital, como el aceite de la viuda, fluye para llenar el siguiente conjunto de jarras vacías: otra escuela, otro conjunto de sueños. Lo que se vierte sabiamente nunca se seca; se multiplica.
Este apalancamiento importa porque el acceso a una educación de calidad aún se está quedando atrás para millones de personas. Los propietarios locales, o emprendedores de la educación, abren escuelas, pero a menudo carecen de una financiación justa. Edify camina junto a ellos con capacitación, capital de préstamo y tecnología educativa, por lo que cada reembolso alimenta el siguiente ciclo de crecimiento. Lo que comienza como una sola inversión se convierte en una onda de transformación: estudiantes aprendiendo, familias prosperando y comunidades fortalecidas. En el modelo de Edify, cada préstamo pagado es una jarra nueva esperando ser llenada, cada vertido llevando esperanza para el mañana.
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